Unidos por la Naturaleza - número 2

Un mensaje claro para la COP28

El primer balance mundial del Acuerdo de París resalta de manera contundente el impacto del cambio climático. No podemos permitirnos sobrepasar el umbral climático de +1,5 °C. No podemos permitirnos abordar la pérdida de biodiversidad y el cambio climático como crisis diferentes. Y no podemos permitirnos aceptar un balance mundial sin poder real de ejecución. Ahora debemos corregir el rumbo.

Para ello, existen cuatro límites importantes que nos mantendrán en el buen camino y con determinación en la COP28, y en los años siguientes.

Una de las tareas más importantes que tenemos en este momento es la rápida y equitativa eliminación de los combustibles fósiles y de o subsidios a los mismos, en un marco que evite impactos perjudiciales sobre las comunidades, los ecosistemas y las especies. Todas las Partes deben acelerar la implementación de sistemas de energía renovable, incluidos los sistemas comunitarios de energía renovable y las microrredes.

En segundo lugar, el balance mundial no es una referencia simbólica, sino que debe generar acciones claras en la COP28 y reflejarse en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Y ya que hablamos de las NDC, los países deben incorporar soluciones basadas en la naturaleza concretas y ambiciosas.

No podemos subestimar la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza: estas ofrecen vías vitales para la protección, restauración y gestión sostenible de los ecosistemas del planeta, así como beneficios inmediatos y económicos tanto para la mitigación como para la adaptación. Sin embargo, al implementar estas soluciones, debemos seguir un enfoque de alta integridad en el diseño, verificación y ampliación de tales iniciativas, aplicando el Estándar mundial de la UICN para soluciones basadas en la naturaleza (SbN).

En tercer lugar, la financiación es indispensable para alcanzar los objetivos climáticos. Debemos ampliar la financiación y los fondos mundiales para el clima con el fin de apoyar acciones significativas en todo el proceso de mitigación, adaptación y pérdidas y daños, con una mayor proporción directamente disponible para los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Por último, está la inclusión. Las políticas y acciones climáticas inlcusivas y equitativas que tengan en cuenta las prioridades, preocupaciones, necesidades y derechos de los más vulnerables, especialmente los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes, son absolutamente esenciales.

La COP28 no es más que un paso fundamental en el largo camino de la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. No debemos rendirnos.

¡Adelante!                       

Razan Al Mubarak,
Presidenta de la UICN y
Defensora de Alto Nivel de las Naciones Unidas
para el Cambio Climático en la COP28