Noticias | 09 Sep, 2023

La agricultura sostenible favorece la conservación de la biodiversidad: así lo confirma estudio realizado por la UICN en Guatemala

El análisis comparativo, que evaluó la biodiversidad en 20 parcelas agrícolas, se realizó en tres microcuencas ubicadas en el Altiplano Occidental de Guatemala, zona altamente afectada por el cambio climático y con altos índices de pobreza.

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Altiplano Occidental de Guatemala

Photo: Evelyn Vargas / IUCN

Ciudad de Guatemala, Guatemala, 9 de septiembre, 2023 (UICN). En el marco del Día Mundial de la Agricultura 2023, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) revela los resultados de un estudio comparativo, realizado con el objetivo de evaluar la biodiversidad en parcelas agrícolas del Altiplano de Guatemala.

La investigación se centró en poco más de 192 hectáreas de uso agrícola de las microcuencas Balanyá, Quiejel y Pixcayá Pampumay, ubicadas en la parte alta del río Motagua, en Chimaltenango. En estos territorios se seleccionaron de manera aleatoria 10 parcelas en las que se implementan acciones bajo el enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) y 10 parcelas donde se practica la agricultura convencional.

Como se muestra en los mapas, para la determinación de las parcelas, foco del estudio, se definieron espacios de amortiguamiento con un área de 1.5 kilómetros, como el rango promedio de vuelo de abejas e insectos de la familia Syrphidae, popularmente conocidos como “moscas de las flores”, considerados benéficos para la agricultura. Foto: Sara Fernández / UICN

 

El análisis permitió evaluar en campo la presencia de insectos benéficos para la agricultura, información que se complementó con una encuesta a 20 productores para determinar si las prácticas agrícolas realizadas promovían la biodiversidad dentro de sus parcelas.

De acuerdo con los resultados del estudio, al comparar la diversidad biológica según el tipo de manejo utilizado en las fincas, las métricas de diversidad tuvieron valores más altos en las parcelas AbE, que en las parcelas de manejo convencional.

Para la mayoría de los indicadores, especialmente los de diversidad de insectos, esta diferencia fue estadísticamente significativa. En las parcelas con medidas AbE se registraron 167 especímenes de diferentes insectos, mientras que, en las parcelas con prácticas agrícolas convencionales, el total de especímenes registrado fue de 87.

Con respecto al número de especies, en las parcelas AbE se registró el doble de insectos, con un total de 68, mientras que, en las parcelas convencionales, el total de especies de insectos fue de 34.

El estudio se centró en la presencia de insectos, ya que éstos han sido identificados como indicadores ambientales altamente valiosos, por su función de polinización y control natural de plagas.

 

Bombus sp., uno de los abejorros registrados en el estudio, posa sobre un cardo. Foto: Alfredo Mejía / UICN

 

Producto de la observación y análisis comparativo entre ambos sistemas agrícolas, se pudo determinar que las siguientes son prácticas favorables para la conservación de la biodiversidad en la agricultura: cultivos en contornos (contra la pendiente), terrazas bajo curvas de nivel, terrazas individuales para frutales, diversificación y rotación de cultivos, y asocio de cultivos entre especies forestales, hortícolas y frutales.

También se identificaron como buenas prácticas agrícolas para la biodiversidad, la utilización de insumos orgánicos para el manejo de enfermedades e insectos fitófagos (que comen plantas), incluyendo el uso de fertilizantes orgánicos.

De acuerdo con la representante de país de la UICN en Guatemala, Raquel Sigüenza,

promover y monitorear las medidas de adaptación basadas en ecosistemas es muy importante para mantener la estabilidad de los insectos nativos y sus plantas asociadas, que tienen un efecto positivo en los esfuerzos de conservación y en el aumento de la calidad de vida de las comunidades.

Este estudio se desarrolló como parte de la implementación del proyecto “Acelerando la transición global hacia una agricultura sostenible”, que se ejecuta en el país desde mayo de 2022, con el apoyo de la fundación IKEA.

Su objetivo es promover el paso de prácticas agrícolas convencionales hacia una agricultura ecológica, económica y socialmente sostenible, a través de la implementación de medidas AbE, para que la agricultura de Guatemala promueva el aumento de la biodiversidad en lugar de contrarrestarla.