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Artículo | 24 Ago, 2017

Ejidos La Azteca y Agua Caliente en Chiapas reforestaron 294 hectáreas de bosque, con 326.634 plantas.

A través de medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas, comunidades en Mesoamérica combaten los efectos del cambio climático.

 

Chiapas, México, Agosto 2017. La deforestación causa 18.12 por ciento de las emisiones de carbono del mundo, casi el total de las emisiones de CO2 del sector del transporte mundial, y cada año, más de 13 millones de hectáreas de bosques se pierden, según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas.

La implementación de medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas tales como la reforestación a través de procesos de restauración integral, se aplican para revertir los efectos adversos del cambio climático y generan co-beneficios en mitigación. A través del proyecto AVE y el proyecto Cahoacán el equipo técnico de la UICN brinda acompañamiento a las obras implementadas.

Un esfuerzo representativo se dio en agosto del presente año, dónde se entregaron  326.634 plantas de pino en los Ejidos La Azteca (159.984) y Agua Caliente (166.650); estos ejidos se encuentran localizados en las cabeceras de las cuencas de los ríos Coatán y Cahoacán, donde habitan más de 400 mil personas.  Esto por medio del Programa de Restauración Integral en zonas de alta prioridad, de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), en coordinación con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Despacho de Consultoría Forestal RYSOC y Asociados.

La zona se ve afectada por inundaciones, azolvamientos y otros efectos que son resultado de la degradación de los ecosistemas forestales.

En esta oportunidad se realizó la reforestación de 294 hectáreas. Las especies fueron plantadas por 127 ejidatarios de Agua Caliente, y 38 de La Azteca, durante 10 días en cada comunidad simultáneamente.

Estos procesos de restauración integral tendrán un acompañamiento durante 3 años para lograr el mantenimiento de obras y prácticas, la protección de las especies plantadas y finalmente en el 2018 analizar la sobrevivencia, para nuevamente iniciar actividades y complementar el quehacer de los propietarios de estos terrenos forestales.

Se espera que con la implementación de esta medida, las cuencas del Coatán y el Cahoacán puedan reducir la degradación de los terrenos forestales y evitar el cambio de uso de suelo lo que permite reducir la erosión.