Guatemala y El Salvador, noviembre 2017.  En los últimos años, la UICN ha desarrollado cinco herramientas para la restauración del paisaje rural productivo, cuyo objetivo es asistir las acciones de restauración de la región de México, América Central y el Caribe; proveer de instrumentos a especialistas y tomadores de decisión, pero también a cualquier persona interesada en restaurar ecosistemas  degradados; así como brindar información técnica que facilite la implementación de acciones de restauración y recuperación de áreas degradadas.

Toda estas herramientas abonan para el cumplimiento del Desafío de Bonn, una iniciativa lanzada en septiembre de 2011 por el gobierno de Alemania, la Asociación Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal (GPFLR, por sus siglas en inglés) y la UICN, con el objetivo de restaurar 150 millones de hectáreas de tierras degradas y deforestadas en el mundo para 2020 y 350 millones de hectáreas para el 2030.

El conocimiento de estas herramientas es de vital importancia para que logren cumplir con el objetivo para el que fueron creadas.  Por este motivo, se realizaron talleres de capacitación en el uso de las cinco herramientas. El primero tuvo lugar el martes 21 de noviembre en Guatemala y el segundo el jueves 23 de noviembre en El Salvador, dirigidos a funcionarios gubernamentales, técnicos y representantes de sectores productivos, ONG, universidades de los dos países, entre otros sectores.  

En el caso de Guatemala, la UICN ha apoyado el diseño e implementación de la Estrategia Nacional para la Restauración del Paisaje Forestal: Mecanismos para el Desarrollo Rural Sostenible (2015-2045), como un trabajo conjunto líderado por la Mesa de Restauración del Paisaje Forestal de este país.

Durante el taller realizado en Guatemala, Denis García Sub-gerente del Instituto Nacional de Bosques (INAB) destacó a la UICN como un socio estratégico en este campo y además mencionó que a nivel regional, Guatemala es uno de los países que cuenta con herramientas para la restauración potencial: Estrategia Nacional, Mesa de restauración, Ley Probosque y la modalidad de restauración con 5 tipos de productos.

Por su parte, Ursula Parrilla coordinadora de nacional de UICN en Guatemala, resaltó que “tanto los estados como el sector privado y las comunidades ven en la restauración forrestal una forma práctica y tangible de realizar la restauración del paisaje viendo sus beneficios a corto plazo y una herramienta poderosa para conservar áreas protegidas, proveyendo a las comunidades que viven alrededor de ellas con medios de vida que son compatibles con la conservación pero también con el desarrollo económico”.

En el caso de El Salvador, la UICN ha trabajado de la mano con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), para elaborar los insumos técnicos y de forma participativa consolidar un documento nacional que permite ampliar las acciones de restauración que se han venido ejecutando desde el 2013 en el marco del Programa Nacional de Restauración de Ecosistemas y Paisajes (PREP). En el mes de diciembre de 2017, el MARN estará oficializando el “Plan de Acción de Restauración de Ecosistemas y Paisajes: Proyecto 2018 – 2022.

La Directora General de Ecosistemas y Vida Silvestre de El Salvador, Silvia Hernández de Larios, manifestó la necesidad de aprovechar estas herramientas que UICN pone a disposicón de los técnicos encargados de fortalecer y promover la restauración en el país, y la necesidad de que cada uno se convierta en un eslabón más en la cadena de socialización y dar a conocer estas herramientas. Agregó que ahora con el plan de acción, y al ampliarse las acciones de restauración a nivel de todo el país e involucrar a una amplia gama de sectores productivos, habrá que redoblar esfuerzos para lograr la adecuada participación de todos los involucrados.

La restauración del paisaje es un instrumento efectivo que sirve no solo para solucionar problemas medioambientales globales sino también para lograr la recuperación de la capacidad productiva de tierras degradadas o deforestadas, que se encuentran actualmente subutilizadas.  Además, permite generar madera y productos forestales no maderables, mejorar la producción agrícola y ganadera y al mismo tiempo mejorar la oferta de servicios ecosistémicos, por ejemplo la regulación del clima y de la calidad de agua, el control de la erosión y lo valores culturales, son los principales objetivos de esta práctica.