Artículo | 28 Jul, 2016

Entrevista con Aroha Te Pareake Mead, Comisión de política medioambiental, económica y social de la UICN

 

Esta entrevista artículo apareció originalmente en Patrimonio Mundial, la publicación oficial del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, como parte de una edición especial sobre el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN. Aroha Te Pareake Mead es originaria de las tribus maoríes Ngati Awa y Ngati Porou de Aotearoa (Nueva Zelandia). Es investigadora, académica y conocida por su trabajo sobre la propiedad cultural e intelectual de los indígenas y los temas medioambientales. Aporta una notable experiencia y pericia a la presidencia de la Comisión de política medioambiental, económica y social (CPMES) de la UICN.

 

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Photo: Aroha Te Pareake Mead

La Convención del Patrimonio Mundial es el único instrumento jurídico internacional que vincula de forma explícita a los seres humanos con la naturaleza. ¿Por qué es importante, en su opinión, considerar la cultura y la naturaleza en forma conjunta?

Aroha Mead (AM): Porque muchas de los zonas que han sido incluidas o consideradas para la inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial han podido ser conservadas gracias a su vínculo con la cultura. La cultura no existe de forma aislada, sino que es un ente de conocimientos y prácticas de los pueblos, de las comunidades que habitan esas zonas y que cuidan de los espacios, ya sean edificios o zonas naturales. Mantienen vivas las tradiciones, pero también cuidan del entorno.

¿Participa la CPMES de la función consultiva de la UICN en la Convención del Patrimonio Mundial? En caso afirmativo, ¿qué tipo de experiencia aporta?

AM: En la CPMES tenemos un confirmado equipo de expertos de todo el mundo que brinda apoyo en todas las revisiones técnicas de cualquier candidatura, pero también en las revisiones de preservación del Patrimonio Mundial. De hecho, este es uno de los aspectos más apasionantes del trabajo de la comisión. Muchas son las personas que se sienten orgullosas de participar en él pues creen firmemente en la protección de la integridad del Patrimonio Mundial que tiene ese doble componente natural y cultural.

En su opinión, ¿puede influir el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN en la manera en que se aplicará en el futuro la Convención o los procesos del Patrimonio Mundial?

AM: Le responderé a esto de dos maneras. En general, uno de los mayores logros del Congreso es que reúne a esta masa crítica de miles de personas de todo el mundo y pone de manifiesto el compromiso y la dedicación absoluta de una serie de personas en muchas organizaciones y muchos gobiernos involucrados con la visión de la UICN: un mundo justo que valore y preserve la naturaleza. Esto, en sí, es un aporte, porque refuerza el mensaje de qué es lo correcto a la hora de proceder y tiene mucho apoyo. Pero de un modo más sustancial y técnico, el Congreso puede hacer avanzar, sin duda, la Convención del Patrimonio Mundial mediante resoluciones, mecanismo que emplean los miembros de la UICN para influir en su programa, a través de talleres y de expertos que vienen a compartir su experiencia en el ámbito de sus respectivos trabajos. En otras palabras, el Congreso me parece importante en la aplicación global de la Convención. Es una contribución, pero dado que proviene de gobiernos y ONGS por igual, de comunidades locales e indígenas, es una contribución especialmente valiosa.

¿Qué oportunidades hay de implicar a las culturas de los pueblos indígenas en la gestión del Patrimonio Mundial, sobre todo en los emplazamientos naturales?

AM: Digamos que se tendría que dedicar más tiempo y atención a este asunto. En esta fase, la gestión de los emplazamientos es uno de los eslabones más débiles en la aplicación de la Convención.. Un serie de informes redactados por representantes indígenas y ONGs han señalado algunas brechas en el contacto con comunidades locales e indígenas para que participen en la gestión de sus propias zonas. Sin duda, es una prioridad para la CPMES intentar ganar terreno en el trabajo con comunidades locales e indígenas. Pero para esto hace falta que la propia Convención y el Comité del Patrimonio Mundial hagan sus procesos más abiertos y ofrezcan directrices más firmes de implementación a nivel nacional y de emplazamiento, enfatizando que este es un valor importante que no debería considerarse como algo opcional, sino una buena práctica.

A la hora de garantizar que se respeten los derechos de los pueblos indígenas y se preerve la naturaleza en general, ¿cómo ve el papel de la UICN?

AM: La UICN ha recorrido un largo camino en la última década para promover el disfrute efectivo de los derechos de los indígenas en la política de preservación y lo hemos hecho mediante acciones bastante específicas y con diálogo. Más exactamente, hemos podido utilizar los procesos políticos de la UICN para instaurar zonas protegidas por las comunidades indígenas, lo cual es una gran novedad. Los miembros de la UICN han adoptado resoluciones en materia de aplicación de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007 (UNDRIP). Les hemos pedido a los miembros de la UICN que apliquen la Declaración, pero también existe un programa dentro de la UICN para evaluar cómo la aplicamos nosotros mismos. Hemos desarrollado un enfoque de preservación basado en los derechos, que hemos promovido ampliamente en todos los ámbitos temáticos de trabajo de la UICN y mediante seis comisiones de expertos. Los pueblos indígenas y las comunidades locales tienen la oportunidad de implicarse directamente en el trabajo diario de las comisiones y contribuir a la política de la UICN. También tenemos una iniciativa llamada Mecanismo Whakatane, un mecanismo específico de resolución de conflictos para que sirva de ayuda en las zonas donde existen desavenencias entre pueblos indígenas y otras partes implicadas (que pueden ser gobiernos, pero también ONGs) y utilizamos el poder de convocatoria de la UICN para reunir a todas las partes implicadas en un espacio neutro y con mediación para trabajar sobre algunos de sus problemas. Esta iniciativa ha demostrado ser muy eficaz para los pueblos indígenas, porque normalmente no pueden entrar en contacto con los administradores de los parques o las agencias gubernamentales responsables de las políticas, así que este mecanismo independiente externo es muy útil. Creo que nos queda mucho por hacer y que siempre podremos hacer más.