Artículo | 20 Nov, 2023

Pescadores artesanales de Izabal, Guatemala, promueven pesca sostenible para una mayor competitividad

Bajo el liderazgo de su presidente Benedicto Cordón, la Asociación de Pescadores Artesanales de Izabal (APSI) ha adoptado prácticas de pesca sostenible para contrarrestar la sobreexplotación de los recursos pesqueros, así como buenas prácticas empresariales para garantizar la sostenibilidad financiera de su emprendimiento.

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Benedicto Cordón es el presidente de APSI. Con una experiencia de más de 42 años como pescador artesanal en Puerto Barrios, conoce las necesidades del sector y trabaja activamente para mejorar las condiciones de vida de su colectivo

Photo: @Blanca García/UICN

Benedicto Cordón, un pescador de Puerto Barrios, Izabal, Guatemala, ha dedicado 42 años a la pesca artesanal de la manjúa, una especie de anchoas y sardinas de alto nivel nutricional para las poblaciones mayas del Altiplano de Guatemala, así como de otros peces de escama. Inició en esta labor a los siete años, y ha forjado un liderazgo entre los pescadores del Caribe guatemalteco. Hace dos años, Benedicto y otros 20 pescadores crearon la Asociación de Pescadores Artesanales de Izabal (APSI) para mejorar las condiciones de comercialización de sus productos pesqueros.

“Si no estamos organizados, no llegan beneficios, ni mejoramos nuestra calidad de vida”, dice Benedicto. APSI ahora cuenta con 37 socios: dos mujeres y 35 hombres.

Tras ser elegido presidente de la APSI, Benedicto buscó alternativas para enfrentar la sobreexplotación de la manjúa, cuyos costos de producción del procesamiento de seco-salado eran cada vez más altos y las poblaciones más escasas, poniendo en riesgo la desaparición de la especie y el ingreso económico de los pescadores.  

El Proyecto Regional de Biodiversidad Costera  liderado por la UICN y financiado por USAID, les proporcionó un capital superior a los $20 000 dólares bajo su Programa de Pequeñas Donaciones para adquirir sal, un insumo fundamental en el procesamiento de la manjúa. Al no necesitar intermediarios para esa compra, APSI obtiene mejores precios, reduce sus costos de producción y aumenta su rentabilidad. Paralelamente, fortalece las capacidades administrativas y productivas de los pescadores mediante jornadas de formación e insumos para la pesca.

Los pescadores han aplicado buenas prácticas empresariales y han logrado capitalizar el apoyo recibido: “Ahorramos 10 quetzales ($1.32) por cada quintal de sal. Estamos generando una ganancia entre 8 y 10 quetzales diarios que le quedan a la asociación y llevamos 13 700 quetzales ($1802) para reinvertir”, señala Benedicto.

Además, APSI adoptó el uso de redes de pesca de 5 milímetros de luz de malla para capturar sólo peces mayores a 4.5 cm de largo, como lo establece la normativa, reemplazando la red de captura tipo “mosquitero”, utilizada anteriormente, de sólo 1.5 milímetros de luz de malla. 

Mario Salazar, inspector de pesca de la Dirección de Normatividad de la Pesca y Acuicultura de Guatemala, asegura: “Esto es un antes y después del compromiso de los pescadores con la sostenibilidad de este recurso. Los cambios son notables y ha sido un logro poder organizarlos”. De esta forma, los asociados de APSI reconocen el valor de trabajar juntos. Además de mejorar sus ingresos, participan en el consenso y la adopción de las vedas que el gobierno fomenta para salvaguardar los recursos naturales del Caribe guatemalteco.