Autor: Michael Hantke Domas

Hoy celebramos el Día de los Derechos Humanos, con especial alegría. Luego de más de 30 años de trabajo ininterrumpido, tanto de UICN como de muchos Estados, sociedad civil y comunidades de diversa índole; el pasado 8 de octubre, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible (Resolución A/HRC/48/L.23/Rev.1). Este fue un hito histórico para el mundo. Hay que destacar que todos los países de América Latina que forman parte de dicho Consejo, votaron a su favor: Argentina, Bolivia, Brasil, México, Uruguay y Venezuela.

Este reconocimiento viene a resolver una de las paradojas modernas del sistema internacional de protección ambiental. En efecto, a pesar de que los problemas asociados al medioambiente presionan a todos los países —afectando particularmente a mujeres, niñas, pobres, minorías, y pueblos indígenas—, hasta el pasado 8 de octubre, su reconocimiento no era una cuestión de dignidad humanapara el conjunto de naciones. Sin duda, el reconocimiento del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas fue un momento largamente esperado, y lo saludamos.

La resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas invita ineludiblemente a los Estados miembros del sistema a: (a) orientar las políticas, acciones y cooperación internacionales en vistas a la protección efectivadel derecho humano al ambiente; (b) incorporar el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible a los catálogos de derechos fundamentales en las constituciones nacionales; (c) revisar las legislaciones nacionales a la luz de este derecho humano, de modo que se asegure a todas las personas el aire limpio, el agua segura, la biodiversidad y los ecosistemas sanos; (d) promover la justicia ambiental, de modo de corregir desbalances que imponen cargas ambientales desmesuradas —y peligrosas— sobre mujeres y niñas, pobres, minorías y pueblos indígenas.

Coincidimos con la resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en que la protección del derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible, contribuye y promueve «el bienestar humano y el disfrute de los derechos humanos, incluidos los derechos a vida, al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, a un nivel de vida adecuado, alimentación adecuada, vivienda, agua potable y el saneamiento y la participación en la vida cultural, para las generaciones presentes y futuras”. 

Nuestro compromiso como UICN es a seguir trabajando para materializar un mundo justo que valora y conserva la naturaleza.

Michael Hantke-Domas 

Michael Hantke-Domas Photo: Michael Hantke-Domas

Abogado especialista en derecho de aguas, ambiental, regulación económica y libre competencia. Tiene más de 25 años como académico, abogado, servidor público, consultor, funcionario internacional y juez. Además, es Licenciado en Ciencias Jurídicas de la Universidad Andrés Bello (Santiago, Chile); Doctor (PhD) por el ESRC Centre for Competition Policy y de la Norwich Business School, de la Universidad de East Anglia (Norwich, Reino Unido). Se ha desempeñado por 6 años como Ministro Titular del Tercer Tribunal Ambiental (Valdivia, Chile), fue su primer Presidente, y lideró la instalación del Tribunal. También trabajó como funcionario internacional (recursos naturales) en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL) y fue asesor jurídico de la Subsecretaría de Obras Públicas, y de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, en Chile. Actualmente es profesor del Magister de Derecho de la Universidad Católica de Temuco, y Asociado Honorario del Centre for Water Law, Policy and Science, de la Universidad de Dundee (Escocia, Reino Unido).