Story | 08 Nov, 2017

Participación del Sector Público y Privado para la Conservación de la Agro biodiversidad

CEESP News - by Pierina Benites Alfaro

Pierina Benites Alfaro analiza las amenazas asociadas a la agro biodiversidad, así como los beneficios públicos y privados que se logran con su conservación. Se brinda algunas estrategias que pueden apoyar la conservación de la misma, en virtud de su importancia mundial.

La agro biodiversidad (AGB) es definida como la diversidad de plantas y animales domesticados por el ser humano, lo que permite la generación de diversos servicios ambientales beneficiosos a nivel privado y a nivel público. A pesar de ello, la AGB se reduce dramáticamente a nivel mundial (FAO, 2010), en particular en aquellos espacios que concentran un alto nivel de diversidad. 

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Photo: Pierina Benites Alfaro

El Perú es uno de los ocho centros mundiales de origen de la agricultura, con 3,000 variedades de papa, 55 razas de maíz, 24 razas de quinua, y 500 variedades de kiwicha (Ministerio del Ambiente del Perú, 2015). Dado que la conservación de dichos cultivares se realiza en sistemas de agricultura familiar y comunal, los costos de su cuidado son asumidos por ellos mismos. Cabe resaltar que dichos espacios de conservación se caracterizan por ser altamente dependientes de los ingresos generados por actividades agropecuarias, bajo nivel educativo, barreras de ingreso a nuevos mercados, y protección de los saberes ancestrales. No obstante, a nivel nacional existen diferentes grados de acercamiento de dichos espacios con las zonas urbanas.

Cuanto mayor es el acercamiento del agricultor a los mercados y sus exigencias, se reducen o especializan las variedades y cultivares destinados a la alimentación, en detrimento de aquellos que el mercado no necesita. En tal sentido, existe una alta relación entre la conservación de la Agrobiodiversidad, las decisiones de siembra de los agricultores y las presiones del mercado.

Los agricultores comprometidos voluntariamente con la conservación de la Agrobiodiversidad, visualizan los beneficios ambientales privados de la misma, por ejemplo, un natural control biológico de plagas, bajos niveles de erosión, fertilidad del suelo, diversidad genética y aminoramiento de efectos del cambio climático. Sin embargo, estos beneficios no logran ser sensibilizados por quienes no se familiarizan con el cultivo, quienes también logran beneficios ambientales públicos de la Agrobiodiversidad como son, la provisión de alimentos, provisión de materias primas, recursos medicinales, secuestro de dióxido e incluso servicios culturales (turismo, belleza estética, otros). En virtud al aporte tanto público como privado de la Agrobiodiversidad, es que se requieren estrategias que permitan una participación activa tanto del Sector Público como del Sector Privado a fin de asegurar que las nuevas generaciones de agricultores también se comprometan con la conservación, considerando su valor total.

Existen diversas maneras de lograr una valoración pública de las variedades y cultivares. En el
Sector Privado, es posible la identificación de los diversos usos de los cultivares, rescatando saberes ancestrales o apoyados en la investigación. Dada la alta vinculación del mercado a las decisiones de siembra, es importante identificar mercados justos que permitan la producción de productos con valor agregado en mercados que acepten pequeños volúmenes de venta y reconozcan el esfuerzo de los agricultores que dedican sus esfuerzos a la conservación y que permitan la generación de actividades económicas sostenibles.

Para lograr el interés del Sector Privado es relevante la participación del Sector Publico, tanto en el rescate de germoplasma, investigación, promoción de potenciales usos y programas de incentivos de compras estatales, a fin de ofrecer premios o incentivos económicos a los productos que estimulan la siembra de variedades en peligro de extinción y la compra de las semillas provenientes de los espacios de protección de Agrobiodiversidad.

Aunque la mayoría de las estrategias se direccionan al mercado, es necesario que también el Estado pueda asumir el rol principal en la diseminación de espacios de cuidado y protección de las variedades sin usos comerciales, en virtud a su valoración privada y pública. En este sentido, las Comunidades Andinas, Universidades e Institutos Técnico Superiores a nivel nacional  pueden jugar un rol altamente relevante en el reconocimiento de sus beneficios socio – ambientales.