Artículo | 30 Ene, 2020

Los humedales y la biodiversidad

La biodiversidad comprende la variabilidad de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.  Los humedales están entre los ecosistemas más diversos del Planeta.

El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales para crear conciencia sobre el valor de estos productivos e importantes ecosistemas.  Este año, 2020, se reconoce el papel fundamental que los humedales saludables tienen en la conservación de la biodiversidad: el 40% de todas las especies de plantas y animales se crían o viven en ellos. Pero la biodiversidad no se trata solamente de la cantidad de especies que dependen de los humedales sino también de los diversos tipos de hábitats de humedal que existen.  ¿Cuántos conoces tú?

En América del Sur, generalmente, la mayoría de personas reconoce a los páramos, lagunas, pantanos y manglares como ecosistemas de humedal.  Sin embargo, según la Convención Ramsar (tratado intergubernamental para la conservación y uso racional de los humedales, 1971), existen 20 tipos de humedales continentales, 12 marinos y costeros y 10 artificiales. La definición de Ramsar también incluye a los ríos y a los arrecifes de coral como tipos de humedal.

En la región existen 131 sitios Ramsar (áreas de conservación debido a su importancia internacional para la biodiversidad, particularmente de aves acuáticas y peces, y de ecosistemas representativos).  Suman una superficie de 57.8 millones de hectáreas y cada uno de ellos alberga varias clases de hábitats de humedal para llegar a representar a 40 tipos distintos (de 42 posibles según la Tipología de Humedales Ramsar): desde ríos y arroyos hasta arrecifes de coral.  Incluso se han declarado 20 sitios RAMSAR con humedales artificiales.

¿Sabías, por ejemplo, que la Reserva Natual Coppenamemonding (Sitio Ramsar 304), único sito Ramsar de Suriname, con apenas 12 mil hectáreas, alberga seis tipos distintos de hábitats de humedal marino-costero?  Se trata de un complejo de playas de arena y conchas que alterna con pantanos, marismas, manglares y lagunas salinas. Es importante paso y refugio de invierno para aves migratorias como el Ibis Escarlata (Eudocimus ruber), el Correlimos Semipalmeado (Calidris pusilla), garzas, garcetas y otras aves acuáticas.  Se están desarrollando proyectos de ecoturismo para aprovechar los servicios que ofrece este ecosistema.

¿Sabías que, en Perú, el sitio Ramsar Humedal Lucre – Huacarpay (Sitio Ramsar 1627) alberga, entre otros hábitats, un humedal artificial de tratamiento de aguas servidas?  Situado a una altitud de 3020 msnm, es parte del Parque Arqueológico Pikillaqta y la Reserva Nacional de Turismo.  Comprende cuatro lagunas permanentes y una temporal, dos pantanos y dos ríos que son refugio y fuente de alimento para especies de aves como el Halcón Aplomado (Falco femoralis), el Halcón Peregrino (Falco peregrinus), el Jabiru o Tuyuyu (Jabiru mycteria), el Colibrí Coludo Celeste (Oreonympha Nobilis), el Canastero de Frente Rojiza (Asthenes ottonis) y la Monterita Pechicastaña (Poospiza caesar).  El uso intensivo del suelo y el vertimiento de aguas residuales sin tratamiento son la principal amenaza a este ecosistema.

¿Sabías que en Chile existen 2 sitios Ramsar subterráneos? Estos son el Salar de Pujsa (Sitio Ramsar 1871) y Salar de Aguas Calientes IV (Sitio Ramsar 1870).  Ubicados en la ecoregión de la Puna Seca Central de Chile, el agua subterránea fluye de manera natural hacia la superficie, formando lagunas de agua salobre que sostienen hábitats de bofedales importantes para la conservación del Flamingo Andino (Phoenicoparrus andinus), considerado vulnerable de extinción, el Flamingo de Puna (Phoenicoparrus jamesi ), considerado casi amenazado de extinsión y el Flamingo Chileno (Phoenicopterus chilensis).  De hecho, estos sitios forman parte de una red de conservación de flamingos establecida entre Argentina, Bolivia, Chile y Perú.  Otras aves migratorias encuentran sitios de anidación en estos salares, como por ejemplo 4 especies de Correlimos (Calidris spp), 2 especies de Archibetes (Tringan spp), y  el Falaropo de Wilson (Steganopus tricolor).  También son el hábitat de otras aves como el Ñandú de Darwin (Rhea pennata) y el Cauquén (Chloephaga melanoptera).  Las comunidades locales se benefician de estos humedales para el pastoreo de vicuñas y la recolección de plantas medicinales. La minería de sal y la extracción de agua, recurso muy valorado en esta zona árida, son las principales amenazas a estos ecosistemas.

La conservación, gestión sostenible y restauración de todos los tipos de humedales es indispensable para sostener la biodiversidad y los importantes beneficios socio-económicos y culturales que albergan.